Los Recuerdos del Porvenir
De Elena Garro
Lourdes Eugenia Castillo Pacheco
Libros en el mundo son incontables, sin embargo, los que a mí han llegado se pueden dividir fácilmente en dos: los que yo he escogido y los que inevitablemente me han dado. Desde pequeña ponían frente a mí una hilera de libros, yo escogía y negociaba con cuáles me quedarían y con cuáles se quedarían mis hermanas. Algunos eran muy obvios y poco a poco cada una fue apropiándose de temáticas, de autores y de estilos. Leer es importante, pero los libros que son importantes lo son aun más para las gentes que están interesados en que leas. Esa es exactamente la necesidad de leer los libros que inevitablemente te da, tales como los libros de texto, aquellos que después del nombre viene el invariable para niños (aun no puedo sacar de mi cabeza la primera lectura de Hamlet para niños) y claro, los llamados clásicos, esos que no puedes escoger sin tener al menos una referencia, esos a los que las librerías les guardan repisas brillantes en los lugares que más se ven, son esos libros los que cuándo tú dices yo leo se escuchara una voz en la lejanía que dirá ha, ya leíste _____ __. Los Recuerdos del Porvenir de Elena Garro pertenece a esta segunda clase de libros, no puede llegar a ti de primera mano, la recomendación, el comentario de un amigo o el encargo son ineludibles. En mi caso, el libro ha llegado ya leído varías veces, han subrayado las mejores frases y doblado las mejores páginas.
Al leer un libro hay dos aspectos a tomar en cuenta para su crítica, el fondo y la forma. La forma en que ha escrito Elena Garro es preciosa, cada adjetivo va en su lugar, cada metáfora encierra otra más grande, el ritmo nunca se pierde. Puedes abrir al azar el libro, leer una frase y quedarte con ella. La narración ocurre desde el protagonismo casi omnisciente, desde el punto de vista del pueblo de Ixtepec, sientes que te habla la tierra, el polvo, la piedra; pero mejor que eso, sientes que te habla el colectivo, el sentir de toda la gente que siente su pueblo tomado por extraños.
En el fondo del libro, el libro trata de Ixtepec, un pueblo tomado por los militares a finales de la revolución, con el país revuelto y lejano, el General Francisco Rosas hace y deshace en el pueblo según los humores de su amante, Julia, princesa cautiva y hermosa que maravilla y atormenta al pueblo y a ella misma. Felipe Hurtado viene a llevársela, entra a la vida del pueblo, de los Moncada y arrebata la joya que mantenía a todos a la expectativa en una escena mágica que logra encerrar el pensamiento místico de cualquier pueblo pequeño de México. Los Moncada son la familia que lleva la historia, los hijos, Juan, Nicolás e Isabel añoran dejar Ixtepec, siempre felices ante la adversidad; con Isabel siempre lejana y absorbida por los recuerdos del futuro, termina enamorada del captor de la ciudad y se conduce a ella y a su familia al final, a la melancolía y a la muerte.
Todo el libro es sobre la memoria, sobre como los hombre y las mujeres se apropian de ella, cómo la construyen; por qué, mientras los Moncada añoran el porvenir Francisco Rosas se ata a si mismo y al pueblo entero al pasado, a Julia como la mitificación del amor que no tuvo nunca. Los interés políticos se transforman en excusas para abusar del poder y los intereses personales rebasan estos para crear intrigas y dramas. Los personajes están construidos perfectamente, el presidente que está loco, la viuda y su hija, las amantes de los militares presas en el hotel, la viejita del pueblo, los indios; pero Julia, Isabel y Francisco Rosas son emblemáticos, su construcción es tan circular que te atrapa, se crearon los moldes de ellos y se llevaron a todas las mujeres admiradas, a los hombres despechados y las jóvenes solitarias.
Los Recuerdos del Porvenir es un libro que se ubica en México, en ese México reconocible del que uno se siente parte todos los días, narrados desde la prosa construida, pensada y sentida con intensidad, es un libro que te sorprende, identificas y te identificas con los personajes; los finales de la primera y segunda parte están pensados con tanto cuidado, envolviéndote en el tiempo detenido y los castigos divinos. No tiene cabos sueltos, los detalles del principio son usados en las conclusiones. Este libro encarna la idea de los libros que te dan para leer, no porque una persona no pueda escogerlo por sí misma, sino porque al terminar de leerlo es inevitable el recomendárselo a cuanta persona pudiera estar dispuesta a leerlo.
